Porqué estamos aquí...

Aunque no queramos aceptarlo, el fin de la vida es un paso inevitable...

Antes o después, cercano o no, la partida de nuestros afectos nos sumerge en un punto de angustia muy difícil de superar.

Este espacio fue creado por un grupo de supervivientes a la pérdida, que desean compartir sus vivencias y, porque no, ofrecer su experiencia para que aquellos que no encuentran paz y tranquilidad al estar sumidos en la angustia, puedan ver una luz de esperanza a su sufrimiento.

Gracias Padre Hilmar Zanello por sus maravillosas enseñanzas, su incondicional apoyo espiritual y por enseñarnos que transitar por el camino del dolor, con profunda fe, nos da las fuerzas suficientes para sentir la presencia de Dios que nos acompaña, nos sostiene e ilumina nuestro camino con la esperanza puesta en la Resurrección. Nuestro eterno agradecimiento. Equipo Pastoral.

Música

miércoles, 23 de marzo de 2011

¿Para qué sanarse? ¿Por qué sanarse?

En el sufrimiento se mueren o se desgastan ilusiones, proyectos, fe, ganas de luchar, motivación, salud, sentido de vida...Se muere parte de nosotros. Nos morimos, en parte, nosotros mismos.
Cuando sufrimos sólo vemos lo que perdemos, nos estancamos en un pasado que pesa demasiado y no termina de pasar, entramos en crisis de identidad y de autoestima. Todo es negro y difícil. ¿Cómo ganar el futuro?
Constatemos que el sufrimiento mal elaborado destruye "des-vitaliza". Querer y sentir la necesidad de sanarse y ver lo positivo que hay detrás de toda crisis es esencial para poder recuperarse y madurar, para "re-vitalizarse".
Hay que redescubrir un motivo y un fin, resignificar el sufrimiento positivamente, recrear el futuro. Estos son los vectores sanadores del duelo.
No pretendamos tampoco liberarnos del sufrimiento sin liberarnos de nosotros mismos, de nuestros apegos e inmadurez personal.

¿Por quién sanarse? ¿Para quién sanarse?
Como en esta misión se implica la afectividad y la voluntad, es muy motivador tener a alguien por quién sanarse y para quién sanarse; a quién amar y por quién ser amado, rodearse de seres queridos y tener una misión con un proyecto existencial.
El hombre es el mejor remedio para el hombre.
Sin embargo, la principal motivación a de salir de uno mismo y para uno mismo, especialmente si se está atravesando una situación tan delicada como es la muerte de un hijo, donde se pierde la continuidad de la vida, la proyección natural. Hay que recrear autoproyectos "significativos de vida". Hay que proyectarse en el valor del amor al amor.
Nadie se sana si se autolimita, si no se quiere, sin autoestima positiva.
En el proceso de elaboración del duelo el primer salvavidas es para uno mismo. Después podremos tirar el salvavidas a los demás.

                                Den palabras al dolor


                               "Den palabras al dolor.
                                La desgracia
                                que no habla,
                                murmura
                                en el fondo del corazón,
                                que no puede más 
                                hasta que lo quiebra". 
    
                                                   W. Shakespeare